Este divertidísimo libro narra la historia de un treintañero malagueño llamado Juan Cacho. Lo que debería ser una vida de los más normal y rutinaria cambia en el verano, transformando la vida de Juan en días totalmente imprevisibles.

Como cada verano, Juan busca trabajo en la academia La Milagrosa dando clases particulares de matemáticas a jóvenes de instituto y a universitarios. Es aquí donde conoce a Amparito, una de sus alumnas, la cual será una de las culpables en alterar la tranquila vida de Juan, ya que éste acaba algo obsesionado, sino enamorado de ella.

Por otro lado se encuentra Jaime Calahorra, jefe de Juan, un tipo de lo más corriente, aunque algo tacaño, pero pronto descubrirá que esconde algunos asuntos bastante turbios y legalmente cuestionables.

Pero no todo acaba aquí, ni mucho menos, ya que la comunidad de vecinos también son bastante peculiares... cada día Juan debe enfrentarse a su casera, dar clases a su vecino adolescente Ángel, soportar la pedantería del vecino Odón Camuñas, presidente de la comunidad, el cual estará también implicado en temas oscuros, y no solamente en la inesperada muerte de su propia mujer.

Nieves, hermana mayor de Ángel, será la encargada de involucrar a Juan a la hora de desenmarañar los asuntos turbios de Jaime Calahorra y Odón Camuñas, provocando un acercamiento inesperado entre ellos, lo que hace que la vida de Juan se complique un poquito más.

Y por supuesto, no puede faltar el amigo del alma de Juan, Vicente, o también llamado ``el dedos ´´ , acogido por Juan en su propia casa, intentando que su amigo siente la cabeza y deje de ganarse la vida robando. Este peculiar personaje dará unos puntos de lo más cómicos al libro, haciendo sin duda esta lectura un modo de desconectar al lector y dejándole llevar por los entretenidísimos pasajes de esta historia.

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Prólogo

A mi parecer, este cacho de personaje representa al típico protagonista que enamora y engatusa, con una rapidez asombrosa, a cada uno de los lectores que se anima a sumergirse en este entretenidísimo libro.

Desde Chuck Norris hasta Peter Griffin, pasando por Belén Esteban, Juan Cacho tiene un poco de cada uno de estos protagonistas. Y es que es muy fácil sentirse identificado con Juan Cacho, ya que tiene muchas talentos y también esos típicos defectos que hacen a uno entrañable, porque ¿quién no es algo desordenado y piensa en dejar las tareas para otro momento?

Pero, como he dicho, éste tiene grandes cualidades... tierno como un peluche, algo descarado como un niño de siete años, buen amigo y vecino, afable... incluso valiente a lo Robbin Hood. Es decir, es de todo un poco, haciéndolo más cercano, querido y seduciendo desde las primeras frases al lector.

Por otro lado, también es importante tener en cuenta que es un libro donde se puede leer en cualquier lugar, sitio o estancia... en el salón de casa, en la cola del Bali, incluso cuando estamos sentados en el retrete, esperando a que nos llegue el momento de inspiración. Cualquier lugar es bueno para este libro.

Así que no lo olviden, siempre que quieran desconectar, entretenerse, pasar un buen rato y reírse no vacilen ni un ápice de segundo. Sólo debéis tener en vuestras manos este libro, y Juan Cacho hará el resto, ya que para reírse, no sólo esta el circo.

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¿Qué es la felicidad?

Mucho se habla de la relatividad del tiempo pero, ¿y la felicidad?

En mi opinión, la felicidad es lo más relativo que existe en este mundo.

No son pocos lo que piensan que dicha felicidad reside en el amor, en el gran premio de la lotería, en el más lujoso de los coches, o en aquel viaje de ensueño.

Personalmente considero que somos más felices planeando tener todas esas cosas bonitas que a la hora de conseguirlo..., bueno vale, también lo somos cuando lo conseguimos, pero esa felicidad no dura mucho y pronto desearémos poseer más cosas, mayoritariamente materiales.

A mi parecer, la felicidad reside en esas pequeñas cosas que pasan por nuestra vida de manera silenciosa e inesperada... escuchar una canción que te ponga los vellos de punta, leer una historia que te conmueva el alma, oler aquello que te transporta a tu más tierna infancia, dar un paseo por la orilla del mar y sentir como los pies se van undiendo en la arena fría...

Y es que, al fin y al cabo, los humanos somos mucho más sencillos de lo nos imaginamos. Lo malo es que muchas veces nos perdemos esos pequeños instantes de felicidad, planeando cómo podríamos llegar a la felicidad más feliz de las felicidades, quedándose todo en el camino, olvidándonos del presente y viviendo en el futuro.

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